La televisión ¿se mira al espejo?

Mediante el “Código de Autorregulación sobre Contenidos Televisivos e Infancia” la televisión se mira al espejo. Con afán de proteger a la infancia de contenidos abusivos, intolerantes, racistas, sexistas, lenguaje soez, violencia, sexo explícito, escenas de terror, incitación al alcohol, tabaco o drogas, delincuencia, culto a la extrema delgadez, conflictos emocionales sin solución que provoquen angustia en el menor… y un largo etcétera, las cadenas televisivas firmaron un acuerdo con el Ministerio mediante el cual se comprometen a regular su programación y a no emitir este tipo de contenidos en horario de 6am a 22pm. Además, las tardes de lunes a viernes, y las mañanas de sábados y domingos, estarán especialmente protegidas.

Me sorprende por tanto observar que mis alumnos/as de 2 a 6 años ven programas en horario normal que contienen miles de ejemplos de lo anterior. Programas como: Pressing Catch, Padre de familia, Futurama, Shin Chan, Los Simpson, Channel nº4, Aquí hay tomate, Libertad vigilada, Aquí no hay quien viva (en horario de tarde), En Antena, A tu lado, Tal para cual… Algunos de ellos en formato de dibujo animado, lo que refuerza la impresión de que está dirigido al público infantil cuando son programas diseñados para adultos. Todo esto sin contar con la cantidad de ocasiones en que se anuncian programas nocturnos con imágenes nada apropiadas, o se emiten los famosos “zappings” que nos muestran “lo mejorcito” de la programación.

En concreto, el actual programa emitido por la Cuatro, Pressing Catch, me parece aborrecible. Parece además que se incita a los niños a consumir horas de violencia sin control, porque cada vez se ven más productos tipo cromos, revistas, camisetas, etc. con esta temática. Casualmente, Antena 3 (la cadena que más denuncias por contenidos inadecuados recibe) se suma a la quema, y dentro de poco también emitirá un programa igual. Estos programas se escudan en que no son luchas reales para vendérselos indiscriminadamente a todos los niños, pero resulta que los niños pequeños no saben lo que es y lo que no es real. Para ellos, en varias cadenas y en todas las tiendas, héroes de extrema violencia sin reglas a los que adorar e imitar. ¿Por qué nadie levanta la voz ante esta atrocidad?

Alguien dirá que a los niños, sorprendentemente, les gustan esos programas tan dañinos (porque no nos equivoquemos, no es que no sean educativos, es que son realmente dañinos) pero no hay que olvidar, que el sentido crítico se aprende, no es innato. Los niños lo miran todo, y les atrae especialmente todo aquello que llama la atención por tener sonidos y luces estridentes, por dar miedo, por ser trasgresor con las normas que conocen… Les gustan porque intuyen que no deberían verlo.

Estoy de acuerdo, y así lo establece además el código antes mencionado, con que los padres deben también asumir la responsabilidad de controlar lo que ven sus hijos/as y enseñarles a ver la televisión con prudencia y con mirada crítica. Pero eso no puede en ningún caso implicar impunidad por parte de las cadenas televisivas a la hora de emitir su programación. Los consumidores debemos implicarnos en esto y exigir que se cumpla el código. Existen entre marzo de 2005 y marzo de 2007 un total de 479 reclamaciones presentadas por contenidos no apropiados, muchas de ellas fueron aceptadas y el programa se retiró o bien se advirtió a la cadena responsable. Os invito a reclamar aquí.

Si la televisión se está mirando al espejo y no le importa la imagen tan deteriorada que ve, a lo mejor necesita que los espectadores se lo digamos, por el bien de la infancia. Aprovecho este tema para recomendar un solo canal entre todos los conocidos: Playhouse Disney. Es de pago, pero es sin duda lo que todos los niños deberían ver cuando miren la televisión. Sin publicidad y con dibujos animados de gran calidad, didácticos y transmisores de valores, que además interactúan con el espectador invitando al niño/a a contestar, moverse y participar. Cuando Playhouse Disney se mira al espejo, puede estar orgullosa de sí misma. Así debería ser siempre.