15.1.09

"La Ola", el peligro del grupo

En la película alemana “La Ola” que ha estado hace poco en los cines, se plantea un interesante debate sobre la facilidad con que nos vemos arrastrados hacia las sectas, grupos, asociaciones, partidos o similares; y el peligro que encierra cualquier fanatismo para la sociedad y para el individuo. Pero yo, como maestra, deseo ir más allá en el mensaje de la obra y ofrecer un análisis desde el punto de vista educativo.

En un aula muy actual, con gran diversidad de su alumnado, libertad de opinión y bastante individualismo, el profesor instaura una pequeña dictadura que consiste en erigirse en líder de la misma y en formar un grupo de alumnos a través de normas, uniformidad, ideas vagas de grandeza, un nombre y un logo. Al final de la película los niños han perdido su individualidad, sus ideas, su estilo, su libertad… ya viven sólo por y para el grupo, se vuelven radicales y desprecian a los que no pertenecen al grupo. El profesor comienza con pequeñas cosas como la postura, el orden y la disciplina, el respeto hacia él mismo como figura de autoridad superior, el vestuario uniformado y la expulsión de aquellos alumnos que no se doblegan.

Me puso los pelos de punta pensar hasta que punto no intentamos todavía hoy en día en nuestro sistema educativo tratar a los alumnos así, como un todo, una masa a la que modelar y sin opinión propia. Pretendemos que todos aprendan las mismas cosas, independientemente de si les interesan o no. Pretendemos que nos obedezcan y respeten, aunque en ocasiones seamos injustos o no estén de acuerdo, o no les estemos tratando con el mismo respeto. Pretendemos que no destaquen, ni por arriba ni por abajo, que sigan todos el nivel marcado. En muchos colegios incluso visten de uniforme, “para que no se noten las diferencias” dicen algunos; ¿las diferencias son malas? me pregunto yo, ¿o nos enriquecen?

No sé si seguimos aún anclados en un modelo educativo que forma soldados y peones, seguidores de fútbol y votantes fáciles de manipular; o si conseguimos avanzar hacia una sociedad pensante y heterogénea, con individuos que saben buscarse a sí mismos sin necesidad de ídolos ni ideologías, y que saben ayudar al prójimo apreciando sus diferencias como lo que son, un valioso regalo social.

2 comentarios:

Emma Valdeón Menéndez dijo...

Una de las cosas que más me impresionaron fue la forma en la que nos muestra el poder que podemos llegar a tener sobre nuestro alumnado, y lo mal que lo utilizamos.
Enhorabuena por el blog, es fantástico.

Ana Calso Fernández dijo...

Gracias Emma, me halaga leer un comentario de una persona de tu categoría profesional. Un saludo.

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